Veganismo como consumo consciente


(fundamentos desde el amor)



El veganismo se volvió mi opción mas coherente para apoyar la vida a los animales.

Implica no solo no consumir lácteos ni huevos, sino, no usar o consumir cosas que hayan implicado maltrato o la muerte de los animales. Cada uno toma las elecciones con las que comulga, personalmente prendo evitar lo que NO es necesario. No es necesario que consuma lácteos industriales que implicaron maltrato animal para que yo los meta en mi dieta por el “temor” de no tener calcio, no es necesario consumir queso o un huevo por dia para tener proteína, no es necesario tener prendas de cuero cuando tenemos millones de opciones de otro tipo de prendas y accesorios, no es necesario que consuma huevos para tener proteína si soy vegetariana, etc. Todas estás "necesidades" son productos del mercado.

Desde la visión ayurveda ningún alimento es “malo” per se. Todo depende. Depende de cómo se haya obtenido, quién lo va a consumir, y cómo. Si pudiéramos obtener lácteos por ejemplo, que no impliquen maltrato animal, obtendríamos un producto nutritivo sin desvalorizar la vida de los animales. Como dice uno de mis amigos "no es lo mismo consumir “leche de vaca contenta”...

Nuevamente tomo otro aporte del ayurveda. Esta ciencia milenaria nos enseña que existen tres cualidades en la naturaleza, y una de ellas, es el SATTVA (Ver Gunas en el post Ayurveda:http://veganayayurveda.blogspot.com.ar/2014/09/la-alimentacion-ayurveda.html). 
Sattva es aquello que es o genera equilibrio, paz, bienestar, alegría, energía, y esta cualidad no solo se encuentra en el alimento en si, sino también en su origen, en cómo se procesa, en quien lo consume, en los ambientes, las personas, en todo. Es decir que si el origen es una acción de cuidado, respeto, y amor, esa cualidad va a perdurar en eso y va a ser transmitida por quien se ponga en contacto con "eso". Esto es sattva. Pero si por el contrario, el origen es una acción de violencia, maltrato, descuido, etc., esto también va a formar parte de mi cuando lo consuma. Y en la cadena de consumo encontramos muchísima crueldad, abuso de poder, falta de respeto y cuidado hacia los animales, hacia el planeta, y hacia los consumidores. Esto sumado a las modificaciones que se hacen sobre los productos para hacerlos mas rentables en detrimento de su calidad nutricional, de la salud de las personas y del respeto por la vida en general solo para satisfacer una demanda autogenerada por el mismo sistema productivo a fin de enriquecer a unos pocos, nos aleja a todos de una vida sattvica, de una vida equilibrada, en paz y armonía. Y claro... vivimos como locos, desconectados, fragmentados y enfermándonos.

En Buenos Aires, una ciudad “moderna” que recién comienza a tener mercados orgánicos,  nuestro acceso a productos orgánicos es muy reciente, escaso,  costoso, y los lácteos orgánicos son aún mas difíciles de conseguir. Si pudiera conseguirlos, los consumiría en una dosis muy baja. Sin dudas muy alejados de las ficticias necesidades que nos crearon. Los productos orgánicos son una respuesta a este morboso sistema de producción que solo trabaja para buscar la mas alta rentabilidad del productor, dejando muy lejos el objetivo de que un producto alimenticio sea en si un “alimento” que apoye la vida.

Pero formamos parte de una generación en vías de transición de paradigma. De uno en el que se prepondera el consumo frente a la calidad de vida (de las personas, del reino animal y del reino vegetal), a otro regido por un consumo consciente y  un mercado de producción sustentable y sostenible.

En la antigua India se enseñaba a vivir según el principio Ahimsa, la no-violencia.
Comer es siempre un acto de depredación, pero elegir la opción menos dañina posible, siempre. Tenemos tantas opciones en el mundo de hoy en relación a como abastecer nuestras necesidades que podemos disminuir muchisimo nuestro impacto si elegimos inteligentemente qué consumir y cómo.

Si cada acto fuese desde el respeto a la vida toda, a la propia, a la de los demás, hacia los animales, y hacia el planeta, no tengo dudas que cambiaría radicalmente nuestro sistema de consumo. Nos alimentaríamos mejor, produciríamos mucha menos basura, agotaríamos menos los recursos, etc

Consumo consciente es obrar desde el sentido de pertenencia.
Aunque no querramos hacernos cargo, aunque no sea lo que nos enseñaron, estamos conectados a todo. Todos nuestros actos, y todas nuestras omisiones afectan nuestra vida y la de los demás. 

El lider espirtual Sri Sri Ravi Shankar dice que una vida sin consciencia es muy contaminante: tomamos los recursos sin cuidarlos, agotándolos, creando mas basura, y nos morimos. Esto tiene muy poco sentido. En cambio un árbol es útil que nosotros, es mas generoso y ecológico: da sombra, frutos, hogar a los pájaros, polen de las flores, oxigeno durante su vida, y cuando muere hasta son útiles sus restos como madera o carbón.

No estamos por arriba de nadie ni de nada, si no, inmersos en el todo que habitamos.